LO ÚLTIMO

viernes, 21 de noviembre de 2025

Dios, ¿por qué no estás haciendo nada al respecto?

Me acordaré de las obras del SEÑOR; Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas. Meditaré en toda Tu obra, Y reflexionaré en Tus hechos.
Salmo 77:11-12 (NBLA)

Hola, mi nombre es Lysa y soy una mujer divorciada.

Durante mucho tiempo, no podía pronunciar esas palabras. No podía asimilar que la palabra “divorcio” estuviera asociada a mi vida. Mi terapeuta, Jim, me dijo que dijera “la muerte de mi matrimonio”. Eso ayudó. Pero solo cambiar la fraseología no cambió la intensidad de mi conmoción y dolor. Tampoco despejó las muchas preguntas que tenía sobre cómo Dios podía permitir que sucediera tanta devastación después de que me haya esforzado increíblemente por honrarlo y hacer las cosas correctas.

Cuando estás en medio de una temporada desgarradora, incluso si te sientes firmemente arraigada en lo que dice la Biblia, a veces el sufrimiento sigue siendo intenso. Para mí, lo que me rompió el corazón fue que creía profundamente que Dios me amaba, me cuidaba y era todopoderoso, pero en algunas situaciones, sentía que no estaba haciendo nada para ayudarme.

Recuerdo haber escrito en mi diario una y otra vez, Dios me ve, Dios sabe lo que está sucediendo y está en el proceso de liberarme. Pero me sentía cada vez más confundida. Estaba escribiendo lo que sentía que debía decir, pero no lo que sentía realmente.

Las cosas difíciles seguían sucediendo. Entonces, un día tomé mi diario y me di cuenta de que ya no podía escribir sobre la fidelidad de Dios. Asenté mi pluma y me puse a llorar. ¿Por qué Dios no detiene esto?

Quizás hoy estés haciendo tus propias preguntas. No voy a darte una respuesta fácil ni concluir esto espiritualmente de una forma más clara que nunca. Incluso ahora, aún no tengo respuestas a muchas de las preguntas que le hice a Dios. Pero quiero que dejemos de lado lo que no sabemos para que podamos ser más productivas con lo que sí podemos saber.

Un ejercicio que me ha ayudado enormemente es lo que llamo “rastrear la mano de fidelidad de Dios”, o recordar intencionalmente lo que Dios ha hecho en el pasado. 

Los recuerdos a los que me refiero son aquellos en los que ahora puedes ver cómo Dios obraba para bien, incluso cuando nada te hacía sentir bien en ese momento. Elige un momento, grande o pequeño, en el que tengas una nueva perspectiva y puedes agradecer a Dios por cómo resolvió las cosas. También puedes buscar ejemplos de cómo Él se ha manifestado a favor de Su pueblo a lo largo de las Escrituras.

Al hacer esto, podemos vivir el Salmo 77:11-12: “Me acordaré de las obras del SEÑOR; Ciertamente me acordaré de Tus maravillas antiguas. Meditaré en toda Tu obra, Y reflexionaré en Tus hechos”.

A veces maximizo los problemas que enfrento hoy y a la vez minimizo lo que Dios ya ha hecho por mí y a lo largo de la historia humana. Cuando me concentro solo en lo que es tan terrible en este momento, supongo que el mal está ganando y Dios no está haciendo nada. Olvido que vivimos en un mundo donde el pecado corre desenfrenado, no para siempre, pero ciertamente en este momento; por lo que, hay cosas que Dios hace o permite que no tendrán sentido para mí en este momento.

Cuando miro hacia atrás a la fidelidad pasada de Dios, me doy cuenta de que sigue habiendo cosas que no entiendo, que no me parecen bien, que me causan dolor y que no han resultado como esperaba. Pero recuerdo que Él sabe más de lo que nosotras sabemos. Y a veces solo tenemos que dejar espacio para el misterio de Dios y tener fe en Su poder porque Él ha demostrado ser fiel antes, y lo hará de nuevo.

Quiero posicionarme para mirar hacia atrás y decir: ¡Dios mío, mira lo que has hecho! Estabas conmigo. Estabas obrando todo para bien. No podía verlo en ese momento, ¡pero lo veo ahora!

Cuando me siento tentada a preguntarme: ¿por qué Dios no hace nada?, intento cambiarlo diciendo, no sirvo a un Dios que no hace nada. Él está haciendo algo... simplemente no puedo verlo aún. Esto no alivia mi dolor, pero aumenta mi fe lo suficiente como para aguantar el día siguiente.

Amiga, si tienes dificultades para enfrentar cada nuevo día, debes saber que te entiendo demasiado bien. Todavía tengo que aplicar esto de nuevo. Esto es lo que quiero que recordemos: trazar la fidelidad de Dios desde el pasado no soluciona nuestras dificultades actuales, pero si nos arriaga y nos da un poco más de fuerza para hoy y esperanza para un futuro mejor.

Querido Señor, Tú eres fiel. Tus caminos son buenos. Y estoy tomando un tiempo en este momento para recordar y escribir todo lo que has hecho por mí. Declaro mi confianza en Ti y recordaré a mi corazón que estás obrando a mi favor. En el Nombre de Jesús, Amén.

Por: Lysa Terkeurst
Fuente: www.proverbs31.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Llena el siguiente formulario tienes algo que decirnos, una petición por la que quieras que oremos o un artículo que quieras que aparezca en este sitio web.

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *