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sábado, 10 de mayo de 2025

Alabado sea Dios por ella

Entendemos lo que significa alabar a Dios, pero ¿ofrecemos admiración a las mujeres piadosas en nuestras vidas? Imagina cómo serían nuestras relaciones si lo hiciéramos.

Engañosa es la gracia y vana la belleza, Pero la mujer que teme al SEÑOR, esa será alabada.
Proverbios 31:30 (NBLA)

Si bien me gustaría decirte que mi relación con mi madre era perfecta, no lo era. No por culpa de ella, sino por la mía. Como adolescente, mi espíritu independiente y mi carácter tenaz se convirtieron en un lenguaje de crítica. Críticamente juzgaba cosas sobre las que no sabía nada. Esos años fueron difíciles para ambas.

Más tarde, comencé a comprender el valor de una madre piadosa. Durante mi divorcio, me di cuenta de que no solo necesitaba a mi madre, sino que necesitaba ser más como ella. Siempre estuvo a mi lado, guiándome hacia Dios. Su amor, apoyo y sabiduría me ayudaron a superar el momento más oscuro de mi vida.

Mi madre me recuerda a la mujer del Proverbio 31. El pasaje conocido comienza con: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?” (Proverbios 31:10, RVR1960). Con la lista larga de sus cualidades que sigue, es fácil sentirse tan abrumada que perdemos de vista lo que el autor nos dice más adelante:

“…Pero la mujer que teme al SEÑOR, esa será alabada.” (Proverbios 31:30).

La mujer que encarna las cualidades descritas a lo largo de Proverbios 31 merece reconocimiento. Todo lo que hace está arraigado en sus creencias, y su valor va mucho más allá de su apariencia exterior.

En Proverbios 31:30, la palabra hebrea para alabanza es halal. Es el acto de dar reconocimiento y honor a alguien, expresando celebración, admiración y gratitud. La palabra “aleluya” es una combinación de halal y Yah (Yahvé). Juntos, esto significa “alabar a Yahvé” o “alabar al Señor.”

Entendemos lo que significa alabar a Dios, pero ¿ofrecemos naturalmente una admiración desmedida a las mujeres piadosas en nuestras vidas? Imagina cómo serían nuestras relaciones si lo hiciéramos. La alabanza anima, afirma y motiva. Tal vez las palabras que estás reteniendo son justo lo que ella necesita escuchar porque no cree que le importa a nadie ni que alguien se fije en ella. Y tal vez alabar es justo lo que necesitas hacer para ser más como la mujer que Dios quiere que seas.

Antes de perder a mi madre, intenté aprovechar cada oportunidad que tenía para comunicar verbalmente cuánto apreciaba lo que una vez había criticado de ella. Aún más, elegí encarnar las cualidades divinas de mi madre. Cuando mis hijos me dicen que soy igual que mi madre, sé que la he honrado más allá de cualquier palabra que pudiera decir.

¿Hay una mujer que necesita escuchar tus elogios hoy? Si sueles acudir a esta persona cuando necesitas oración o consejo bíblico, elévala. Si ella está presente fielmente para tu familia y otros, elévala. Si ella ha marcado una diferencia en tu vida, elévala. Y cuando lo hagas, encontrarás que también estarás alabando a Dios.

Por: Adina Marcheschi Boyer

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