Hebreos 10:24 (NTV)
Crear un matrimonio que represente una verdadera unión requiere dedicación e intencionalidad. Descuidar el esfuerzo requerido puede ser desastroso. El enemigo de lo que es mejor puede ser tan sutil como conformarse con lo que parece ser bueno.
Al apoyarnos mutuamente en nuestro matrimonio y aconsejar a otras parejas a lo largo de los años, hemos identificado tres características de los matrimonios unidos, cada una de las cuales está anclada en este versículo: “Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones” (Hebreos 10:24, énfasis añadido).
La palabra griega traducida como “pensemos” en Hebreos 10:24 es katanoeo. Significa prestar atención, notar, observar. Pensar no es poca cosa; requiere dedicación de tiempo, concentración y cuidado. “Motivar” significa involucrar, animar, planificar y eliminar obstáculos. El “amor y buenas acciones” se convierten entonces en la ejecución de una visión armoniosa y compartida.
- La pareja en un matrimonio unido tiene en cuenta los dones de cada uno. Hacemos preguntas e imaginamos posibilidades más allá de lo que nuestro cónyuge podría considerar para sí mismo. El compañerismo requiere reciprocidad, lo cual significa que cada uno está dispuesto a sacrificar sus propias prioridades en beneficio de su pareja. Las parejas unidas son altruistas y apasionadas en su deseo de cultivar los dones del otro.
- La pareja en un matrimonio unido se motiva y se compromete mutuamente. Ninguno de nosotros lo hace bien por nuestra propia cuenta. Cuando empezamos a dudar de nosotras mismas y nos preguntamos: ¿Tengo lo que hay que tener?, nuestro cónyuge puede respondernos con amor y afirmación, reconociendo las formas en que influimos. En las conversaciones con amigos, un cónyuge “motivador” presume de nuestro último proyecto o emprendimiento y celebra nuestras victorias.
- La pareja en un matrimonio unido vive una visión compartida de amor y buenas acciones. Discernir la visión más amplia de Dios para nuestro matrimonio requiere tiempo, investigación y oración. Los cónyuges pueden preguntarse: «¿Qué amor y qué buenas obras nos ha propuesto Dios que realicemos juntos? Si pudiéramos hacer algo juntos para hacer del mundo un lugar mejor, ¿qué sería?». Contemplamos cómo Dios puede querer utilizarnos como pareja, incluso como familia, para llevar Su sanidad y paz al mundo.
Si estás en una temporada exigente y una inmersión más profunda en el llamado de Dios se siente abrumadora en este momento, quítate la presión. Concéntrate solo en las “cosas pequeñas”. Lucas 16:10 nos recuerda que, “»Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes” (NTV). Dios te llama cada día, justo donde estás.
Querido Padre celestial, ayúdanos a cultivar la verdadera unidad en nuestros matrimonios. Ayúdanos a dedicar tiempo, atención e inteligencia para perseguir a nuestro cónyuge intencionalmente, motivándole hacia el bien. Te pedimos que nuestros matrimonios te glorifiquen y guíen a otros hacia Ti. En el Nombre de Jesús, Amén.
Por: Rebekah and Gabe Lyons
No hay comentarios:
Publicar un comentario