La humildad es una virtud atribuida a quien ha desarrollado conciencia de que así como todas las demás personas, tiene sus propias limitaciones y debilidades; lo cual le permite ser respetuoso y ayudar a los demás sin que por ello se sienta superior ni espere recibir tratos especiales, sino que por el contrario se interesa genuinamente en los demás, por lo cual los escucha atentamente, ya que es consciente de que todos tenemos algo que aprender de los demás.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE?
Debido a que la humildad nos permite ponernos en los zapatos del otro e interesarnos en las situaciones que atraviesan las demás personas a fin de ayudarlos, podemos conectarnos más fácilmente con ellos, lo cual hará que deseen ser nuestros amigos.
Al tomar consciencia de que somos humanos con fortalezas y debilidades y que no somos más ni menos que nadie, se va a facilitar nuestra interacción con las demás personas y podremos estar atentos a la experiencia ajena, a fin de aprender de sus errores y aciertos.
¿CÓMO CULTIVARLA?
En la Biblia encontraremos consejos útiles que nos permitirán cultivarla a fin de que podamos disfrutar de todos los beneficios que ésta conlleva.
NO NOS CREAMOS MÁS DE LO QUE SOMOS: Es necesario que tomemos consciencia de que el hecho de que tengamos una mejor posición económica o cultural somos personas con virtudes y defectos y que por ende todos tenemos algo que aprender de los demás (Gálatas 6:3).
SEAMOS AGRADECIDOS: Es importante que tengamos presente que todo lo que tenemos y todo lo que somos se lo debemos primeramente a Dios y muchas veces a la intervención de otras personas, por lo cual siempre tendremos algo que agradecer (Colosenses 3:15).
AYUDEMOS A QUIEN LO NECESITE: Sea lo que sea que hagamos, es necesario que no lo hagamos para engrandecernos ni demostrar superioridad, sino motivados por el deseo de ayudar a otros a salir adelante, velando por el bien común antes que por el propio y si alguien tiene necesidad de algo, tenderle la mano según sea nuestra capacidad (Filipenses 2:3-4).
La voluntad de Dios es que nos amemos los unos a los otros y velemos los unos por los otros, no en vano el apóstol Pablo comparó a la iglesia de Cristo con un cuerpo humano, ilustrando así la importancia de ayudarnos los unos a los otros y cuidar de los más débiles, tal como los miembros fuertes de nuestro cuerpo sienten y velan por el bienestar de los menos favorecidos.
Es de vital importancia que aprendamos a ser humildes a fin de ser aprobados por Dios y por los hombres (Salmos 147:6).
Autor: Andrés Vega
No hay comentarios:
Publicar un comentario