Pero Dios nos las reveló a nosotros por el EspÃritu, porque el EspÃritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios, porque ¿quién de entre los hombres conoce las cosas del hombre, sino el espÃritu del hombre que está en él? Del mismo modo, nadie conoció las cosas de Dios, sino el EspÃritu de Dios. 1 Corintios 2:10-11
Este pasaje nos introduce a cómo un poderoso Maestro viene de Dios, el EspÃritu Santo mismo, quien está diseñado para instruirnos en la Palabra de Dios y guiarnos a la verdad de Dios, que cambiará nuestras vidas y nos expondrá a este “misterio, la sabidurÃa oculta” de Dios (v. 7). Cuando descubres esto, la vida va a ser emocionante y aventurera, como nada que hayas soñado antes, ya que esta lÃnea de verdad está diseñada para liberarnos, para dejarnos ser los hombres y mujeres que Dios nos diseñó para ser.
FÃjate en cómo el apóstol enfatiza aquà la sabidurÃa del EspÃritu primero: “nadie conoció las cosas de Dios, sino el EspÃritu de Dios”. ¿Alguna vez has intentado hablarle a tus plantas? Nos dicen que las plantas pueden responder a nuestros humores y reflejar nuestras actitudes. Conozco a una mujer que incluso ora sobre cada planta. No sé lo que le hace a la planta, pero probablemente le ayuda a ella sobremanera. Pero es evidente que las plantas no responden. La vida está construida a varios niveles; el nivel más alto puede apoderarse del más bajo, pero el más bajo no puede alcanzar al más alto. Tenemos la vida vegetal; tenemos la vida animal, la vida humana, y después la vida angelical, y finalmente la vida divina. La forma más alta puede alcanzar a abarcar a la más baja, pero la más baja no puede alcanzar a la más alta. Ése es el argumento de Pablo aquÃ. Aunque ningún animal puede alcanzar al ámbito de la relación humana y conversar con nosotros, otros seres humanos como nosotros sà pueden.
Ahora aquà está este gran Ser de Dios en nuestro universo, este fantástico Ser de sabidurÃa infinita y poderosa fuerza. ¿Cómo podemos saber nada sobre Él? La respuesta de Pablo es que no podemos, excepto que Él se nos revele a nosotros. No puedes encontrar a Dios al buscarle. El hombre por medio de la sabidurÃa no puede conocer a Dios. El hombre por medio de la investigación de todas las fuerzas naturales de la vida nunca encontrará su camino al corazón de Dios. Sólo que Dios debe revelarse, debe abrirse a Sà mismo a nosotros. Eso es lo que ha hecho por medio de Su EspÃritu; el EspÃritu ha venido a enseñarnos sobre Dios. El Señor Jesús mismo apareció como un hombre, para que podamos tener una demostración visible de cómo es Dios. La respuesta más simple a la pregunta: “¿Cómo es Dios?”, es el decir que es como Jesús. Pero es la obra del EspÃritu que nos enseña cómo es Jesús. Jesús dijo: “tomará de lo mÃo y os lo hará saber” (Juan 16:14). Puedes leer la crónica de los evangelios y leer la crónica histórica de Jesús, pero el Señor no se destaca de las páginas al simplemente leerlas. Es al iluminar el EspÃritu esas páginas y hacérnoslas vÃvidas y reales que te encuentras a ti mismo enfrentado con el Cristo vivo mismo. Ésa es la obra del EspÃritu Santo.
Fuente: RayStedman.org
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