De sus amigos en RayStedman.org
Lea: Hechos 21:17-26
Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: ―Ya ves, hermano, cuántos millares de judÃos hay que han creÃdo; y todos son celosos por la Ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judÃos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las costumbres. Hechos 21:20-21
Muchos han leÃdo esto incorrectamente y han concluido que Pablo dejó de lado a Moisés y la Ley, que de hecho rechazó la circuncisión como que no era de ningún valor. El cargo era falso. Pablo nunca le enseñó a un judÃo que debiera abandonar a Moisés o a no circuncidar a sus hijos. Lo que sà enseñó fuertemente era que los gentiles no debÃan ser sujetos a estas provisiones judÃas. No permitirÃa que vinieran bajo la ley judÃa, e insistió que no tenÃan que seguir ninguna de estas provisiones judÃas. Pero no dejó de lado el ritual para los judÃos.
Más bien, les mostró que esto era todo simbólico y estaba apuntando hacia Cristo. Los mismos rituales que estaban llevando a cabo y los sacrificios que estaban ofreciendo, todos ellos les estaban relatando acerca de Jesús. La venida de Jesús habÃa cumplido y llenado la imagen que el Antiguo Testamento habÃa descrito. Por lo tanto, en el mismo proceso de llevarlos a cabo, los judÃos se estaban volviendo a relatar la venida del Señor Jesús.
Estas observancias eran muy parecidas a lo que la comunión es para nosotros hoy en dÃa. Cuando comulgamos, estamos tratando con sÃmbolos. Hay un sentido en el que esos sÃmbolos nos están contando de nuevo la historia de la vida y la muerte y la resurrección de Jesús. El hacer esto no nos hace mejores, pero nos refresca la memoria. Ésta era la función de los rituales judÃos. Eran recordatorios de lo que habÃa venido a hacer el Señor Jesús. A lo largo de todo el libro de Hechos vemos a cristianos judÃos yendo al templo y ofreciendo sacrificios, tal y como lo habÃa hecho el Señor. No habÃa ninguna indicación de que debieran dejar de hacerlo, o que estaba mal que lo hicieran. Hasta que Dios removió los sacrificios estaban permitidos esta forma de expresión. Los sacrificios terminaron cuando el templo fue finalmente destruido en el año 70 d.C., cuando las palabras de Jesús fueron cumplidas y los ejércitos romanos vinieron y asediaron la ciudad (Mateo 24:6 sgtes). La ciudad fue tomada, y los judÃos fueron llevados cautivos, exactamente como el Señor Jesús dijo. Pero eso todavÃa estaba varios años posteriores a este punto en la historia.
La práctica de Pablo era que cuando estaba con los judÃos, se volvió judÃo; cuando estaba con los gentiles, se volvió gentil; y cuando estaba con los débiles, se limitó a sà mismo y se volvió tan débil como ellos, para que pudiera alcanzarlos a su nivel. Estaba simplemente declarando de nuevo la libertad que tenÃa en Cristo. Era libre, libre de vivir como un gentil entre los gentiles, libre para vivir como un judÃo entre los judÃos, libre de la ley, pero también libre de observar la ley, si habÃa ciertas ventajas que podÃa ganar al hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario