A menudo me he preguntado cómo la amistad parece ser mucho más fácil para otras mujeres que para mí.
Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne.
Ezequiel 36:26 (NVI)
He asistido a bodas en las que la novia tenía doce damas de honor, y he pensado: ¿Cómo se las habrá arreglado para cultivar una amistad tan sólida con todas esas mujeres? En las pantallas aparecen innumerables fotos de grupos de amigas muy unidas desde la escuela secundaria. ¿Cómo lo han conseguido? A veces tengo la sensación de haber hecho un desastre de las amistades femeninas. También he sufrido traición, exclusión y mucho dolor.
A lo largo de diferentes etapas de mi vida, he luchado contra la mentira que susurra el enemigo: Nunca encontrarás amigas que te amen por quien eres y que quieran compartir lazos profundos en la vida. A lo largo de mis catorce años de caminar con mujeres en el ministerio, he descubierto que no soy la única que se siente así.
A través de la reflexión profunda y la oración, me he dado cuenta de la intensidad con la que el enemigo quiere amplificar las mentiras en mi corazón, diciendo que la conexión verdadera y profunda simplemente no es posible para mí … que siempre estaré así de sola … y que, si otras mujeres me conocieran, ni siquiera les agradaría, mucho menos me amarían como amiga. El enemigo quiere endurecer los corazones de las mujeres hacia la comunidad y la amistad con las demás haciéndonos creer que no somos agradables, que no se nos puede querer o que está garantizado que nos harán daño por mucho que intentemos que no sea así.
Satanás siempre ha querido que nosotras como mujeres nos desesperemos por estas mentiras para que, en lugar de salir a buscar comunidad, simplemente levantemos las manos en señal de derrota, nos quedemos en casa y nos revolquemos en este dolor para siempre. Me tomó años de oración, vulnerabilidad e inversión, pero cuando decidí luchar contra las mentiras y esforzarme…permitiendo que el Señor ablandara mi corazón para creer que una amistad verdadera y duradera era posible para mí, amistades hermosas, enraizadas en el Señor comenzaron a crecer en mi vida.
Al reemplazar las mentiras con la verdad, Dios me dio un nuevo corazón hacia las amistades. Ezequiel 36:26 habla del corazón nuevo que Dios nos da a través de la gracia:
Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne.
Dios quiere liberarte de las mentiras. Quiere que sepas y creas que la comunidad y la verdadera amistad son para ti. En esta nueva libertad y creencia que experimenté, me di cuenta de que la amistad no aparecería, así como así en mi puerta. El primer paso para encontrar amistades arraigadas suele ser acercarse a las demás y dejar que la fidelidad de Dios nos guíe.
No tienes ni idea de quién puede estar buscando una amiga tan maravillosa como tú.
Por: Emily Wilson
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