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jueves, 4 de abril de 2024

El verdadero nombre de Dios


¿Tiene Dios nombre?
Empezando en la iglesia evangélica yo utilizaba mucho el nombre de Dios, me parecía maravilloso usar ese santísimo nombre, pues el no usarlo me hacía sentir como un extranjero para él y me sentía como quien era extranjero para él, pues cuando uno no conoce el nombre de alguien simplemente le dice: “señor” o “compadre” o cualquier otro calificativo para referirnos a esa persona, pero cuando uno conoce a alguien, puede usar su nombre con total libertad.

Imagen: El nombre de Dios escrito en hebreo. Imagen tomada de Internet con fines ilustrativos.

A muchos nos gusta conocer el nombre de las otras personas, sobre todo si son personas a las que estamos habituados y con quienes tratamos de continuo, pero también nos gusta que recuerden nuestro nombre y nos llamen por él.

En respuesta a la pregunta anteriormente planteada: SI, Dios tiene un nombre personal, el cual aparece muchas veces el las Santas Escrituras, originalmente en el Antiguo y Nuevo Testamento, hoy son pocas las traducciones de la Biblia que realmente utilizan el nombre de Dios, sustituyéndolo por la palabra SEÑOR. El nombre de Dios es Jehová, forma causativa, estado imperfecto, del verbo hebreo Ha•wáh [llegar a ser]; significa: “Él Causa Que Llegue a Ser”

Es de suma importancia conocer el nombre de Dios para poder tener una relación estrecha para con él, es necesario que lo conozcamos a través del estudio de las Santas Escrituras y nos acerquemos más a él, pues todas las cosas provienen de él, porque como dice su propio nombre: “El causa que todas las cosas lleguen a ser”

¿Por qué tenemos que conocer el nombre de Dios?
Volviendo al relato de mi conversión y mis primeros pasos como cristiano, recuerdo que me encantaba mucho usar el nombre personal de Dios en mis oraciones y cuando hablaba acerca de él, pero me extrañaba mucho que en la iglesia nadie utilizaba el nombre de Dios, todos se referían a él como EL SEÑOR, y aún lo hacen hoy; podemos escuchar hoy a los pastores, evangelistas y líderes decir: “el Señor dice” o “alaba al Señor” y así sucesivamente, han sacado de su vocabulario el nombre de Dios hasta para sus oraciones, pues podemos escuchar a muchos ministros que en una u otra ocasión, o a veces con mucha frecuencia llamar a Dios por nombre JESÚS, escuchamos muchas veces oraciones: “oh Jesús, Señor, te lo pedimos en el nombre poderoso de Jesús de Nazaret”.

Puesto que en la Biblia se llama en repetidas ocasiones a Jesús como el Señor, y a Jehová también se le llama el Señor en la Biblia, pueden llegar las muy frecuentes confusiones, por eso hemos considerado, también, la importancia de restituir ese nombre a su lugar legítimo en el texto bíblico. Si el nombre no está allí, ¿Cómo pueden cumplirse estas palabras del salmista: “En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron”? (Salmo 9:10.)

Se nos enseña a tener comunión con Dios, se nos dice que el Espíritu Santo es nuestro amigo fiel que siempre está con nosotros, se nos dice que podemos confiar en Dios por encima de todas las cosas y que Dios nos ama tanto que nunca nos abandonará aunque todo el mundo se venga en contra nuestra, pero… ¿Tienes un amigo de tu entera confianza a quien no le conozcas su nombre? A tu padre tú le dices “papá” y a tu madre le dices “mamá” pero es imposible que tú desconozcas los respectivos nombres de tus progenitores. Pues conocer el nombre personal de las personas nos permite saber quienes son en realidad y puedes tener una estrecha relación con esa persona, en caso de que la vayas a buscar para algo, puedes preguntar por su nombre personal y se te hará más fácil encontrarla.

Así como conocemos y utilizamos el nombre personal de nuestros amigos y demás seres queridos, también se hace estrictamente necesario conocer y utilizar el nombre personal del mejor amigo que puedes tener, ese que nunca falla, ese que “te amó tanto que dio a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)

¿Cómo podemos santificar el nombre de Dios?
Ya vimos que Dios tiene un nombre personal como cada uno de nosotros, también vimos la importancia de conocer y utilizar el nombre de Dios, pero ahora tomaremos un punto muy importante que debemos tener en cuenta para cuando conocemos el nombre personal de Dios y aprendemos la importancia de utilizarlo. Lo siguiente es santificarlo.

En Mateo 6:9 Jesús habla a una gran muchedumbre sobre el modelo que debemos seguir para hacer oraciones efectivas conforme a la voluntad de Jehová; la oración modelo comienza así: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” para santificar que el nombre de Dios sea santificado se hace estrictamente necesario que sepamos qué nombre estamos glorificando y cuál es el nombre que está siendo santificado.

Pero ¿Qué significa, realmente, la palabra ‘santificar’? Literalmente significa: “hacer santo”. Pero ¿no es santo ya el nombre de Dios? Por supuesto que sí. Cuando santificamos el nombre de Dios, no lo hacemos más santo de lo que es. Más bien, lo reconocemos como santo, lo ponemos aparte, lo tenemos en la más alta estima. Cuando oramos que el nombre de Dios sea santificado, esperamos con anhelo el tiempo en que toda la creación lo respete como santo.

El nombre de Dios es infinitamente santo y nosotros no podemos hacerlo más santos, a decir verdad no nos podemos santificar a nosotros mismos, pero sí podemos poner en alto delante de las demás personas.

Una manera de santificar el nombre de Dios es predicar su Santo Evangelio por todas partes y a todas las personas, declarando sin cesar las maravillas que Jehová ha hecho por la humanidad y lo que está por venir para quienes deciden seguirle, también debemos señalar a su Reino mediante Cristo Jesús como la única esperanza de la humanidad (Apocalipsis 12:10). Muchas personas están llevando a cabo esta obra a través de las predicaciones callejeras, conversando con amigos y conocidos, por televisión, por radio y por Internet, como la obra que lleva el MPVN para glorificar el Santo nombre de Jehová en un cumplimiento moderno de estas palabras de la profecía de Isaías: “Diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra”. (Isaías 12:4, 5.)

Otra forma de santificar el nombre de Dios es obedeciendo sus leyes y mandatos. Jehová dijo a la nación de Israel: “Guardad, pues, mis mandamientos, y cumplidlos. Yo Jehová. Y no profanéis mi santo nombre, para que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel”. (Levítico 22:31, 32.)

Cuando nosotros obedecemos fielmente los mandatos de Jehová estamos santificando su nombre en medio de las personas que nos rodean. Hay muchas personas que conozco y dicen que prefieren perderse pero que nunca pisan una iglesia cristiana porque los pastores son unos ladrones y los cristianos son unas porquerías que solo buscan su propio beneficio escondiendo sus pecados bajo la máscara de la Iglesia ¿Están santificando el nombre de Dios esas personas con sus obras repugnantes? Esas personas son obstáculos para que las almas se conviertan, es por eso que cuando hacemos conforme a la voluntad de Dios, las personas de afuera ven algo especial en nosotros y desean imitar nuestro estilo de vida. De éste modo, el nombre de Jehová es santificado en medio de todas las personas.

Las bendiciones que provienen de conocer el nombre de Dios Jehová protege a los que aman su nombre. El salmista dijo: “Porque en mí ha puesto su cariño, yo también le proveeré escape. Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre” (Salmo 91:14). También los recuerda: “En aquel tiempo los que estaban en temor de Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová siguió prestando atención y escuchando. Y un libro de recuerdo empezó a ser escrito delante de él para los que estaban en temor de Jehová y para los que pensaban en su nombre”. (Malaquías 3:16.)

Para poder agradar a Dios, es necesario que obedezcamos a sus mandatos y estatutos, es necesario dejar de hacer lo que a nosotros nos agrada para procurar vivir nuestras vidas conforme a su voluntad, pero para lograr eso, se hace estrictamente necesario que nosotros tengamos perfectamente claro que conocer a Dios va mas allá que simplemente asistir cada semana a la iglesia. Tal vez los Simpsons, la serie animada de la cadena FOX sea un ejemplo de la sociedad actual: las personas cada Domingo van a la Iglesia pero llegan es a pasar el rato, ya sea porque no tienen nada que hacer o simplemente por obligación.

¿Cómo puede alguien que nunca ha conocido a Dios hacer su voluntad? Es por eso que se hace necesario que los cristianos dejemos de ir a “dormir” a la iglesia y empecemos a procurar conocer a Dios más a fondo, acercarnos cada vez más a él por medio de la oración y meditando en el contenido de su santa Palabra escrita.

Para conocer a Dios se hace necesario que e busquemos y a medida que vayamos aprendiendo más cosas acerca de él podamos hacer conforme a su voluntad, es importante también que utilicemos su Santo nombre a la hora de referirnos a él y procuremos dejar el nombre de Jehová lo más alto posible delante de los hombre a través de nuestro testimonio. Si nos esforzamos cada día por conocerle y acercarnos más a él, entonces podremos confiar nuestras cargas a él y aprenderemos a esperar en él y a conocer sus propósitos con nuestras vidas.

En la iglesia nos dicen: “Dios te quiere bendecir, Dios quiere prosperar cada uno de tus pasos, Dios quiere llevar tus cargas y levantarte en medio de las tribulaciones; confía plenamente en él y él te concederá las peticiones de tu corazón”. Pero ¿Cómo vas tú a confiar en alguien a quien no conoces? ¿Confiarías en alguien sólo por las referencias que te da alguien a quien conoces muy poco? Antes de confiar en aquella persona de quien te hablan ¿No procurarías conocer primero a esa persona? ¿Qué es una de las primeras cosas que conoces de alguien? ¿No es su nombre para poderlo identificar y recomendar si es el caso?

Conocer quién es Dios y cómo es su nombre es la base fundamental que nosotros debemos tener para poder acercarnos a él y conocerle mejor a través del estudio personal de las Santas Escrituras.

Escrito por: Alvaro Martínez V.
Jueves, 04 de Septiembre del 2008
Publicado por primera vez en Biblia Virtual

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